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viernes, 18 de enero de 2013

UN POCO SOBRE EL "SAN PEDRO"

Se trata de un cactus (Trichocereus pachanoi) que crece en México, Bolivia, Ecuador y Perú. En estos dos últimos países se utiliza dentro de rituales chamánicos. Es muy parecido al peyote. La mescalina es su principio activo.

Cómo distinguirlo
El San Pedro es un cactus en froma de columna, largo, que crece rápido, mucho más que el peyote. Cada año incrementa su altura alrededor de un metro y tiene 10 centímetros más. Algunos llegan a ser gigantes.

Otras denominaciones
En centroamérica el San Pedro recibe también los nombres de aguacolla o gigantón.
 
Un poco de historia
Se cree que el nombre de San Pedro hace referencia a sus posibilidades de conexión con fuentes divinas, pues lleva el nombre del santo cristiano que precisamente guarda las puertas del Cielo.
El San Pedro es la tercera cactácea con mayor concentración de mezcalina después del peyote y la variedad Trichocereus peruvianus que es más difícil de encontrar.

Formas de consumo
Se conocen dos maneras de consumirlo. Se ingiere en polvo o hervido. El San Pedro se consume así porque su textura y su sabor poco agradables.
La piel verde del San Pedro concentra la mayor cantidad de mescalina. En el primer caso, la piel se pela con cuidado, y se seca a bajas temperaturas para después triturarla y reducirla a polvo. Se calcula que la superficie de 30 cm de piel seca del cactus reducido a polvo constituye una dosis media. Se suele tomar con agua o con algún alimento.
En el segundo caso, se vuelve a despreciar la médula del San Pedro y se usa toda la corteza verde. Esta se hierve durante 5 horas como mínimo. Para rebajar el sabor amargo del cactus, hay quienes recomiendan hervirlo junto a una corteza de naranja, canela y clavo.

¿Cómo sube? Efectos
  • El peyote tiene la misma capacidad psicoactiva que el peyote, aunque suele durar menos tiempo.
  • Provoca alteraciones en la conciencia y en la percepción, principalmente a nivel visual. La experiencia depende bastante de cada consumidor, pero muchos hablan de alucinaciones con figuras geométricas.
  • Experiencias místicas acerca del ‘yo’, el entorno, a veces Dios.
  • A nivel físico, aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio y las pupilas se dilatan de una forma extraordinaria.
  • Ocasionalmente se experimentan náuseas y vómito.
  • Los efectos comienzan entre hora y hora y media después de la toma y duran entre 5 y 10 horas más.
*La experiencia con el peyote no está exenta de malos viajes. También puede dar malos rollos.

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