El reverendo que vendía marihuana.
El reverendo Shahrooz Kharaghani apenas
sonrió, portando su gorrita religioso con los colores del arco iris
desplegados en su cabeza, así se dejó ver cuando los auxiliares de
Justicia se lo llevaron a la cárcel. Es que un juez lo condenó a tres meses por posesión de tres kilogramos de
marihuana para la venta, con 6.397 dólares en ingresos, tras vender marihuana a dos agentes encubiertos.
Antes, Kharaghani, que tiene 32 años, les dijo a periodistas que nunca renunciará a fumar marihuana,
una actividad que él considera como un sacramento. “Mi consumo
continuado de cannabis … en reverencia, continuará”, dijo antes que
fuera sentenciado el último lunes.
La Corte Suprema de Justicia de Ontario
dijo que aceptaba que Kharaghani, que vendía marihuana en la tienda de
la iglesia, no estaba motivado por el lucro y hasta cree que sus
actividades eran benignas. “Sin embargo, hubo gente que vivió
probablemente en los alrededores y que no comparten sus puntos de
vista”, dijo un miembro de la Corte.
Lo cierto es que Shahrooz
Kharaghani estará en prisión preventiva dos meses y medio. El fiscal
Nick Devlin había recomendado una condena para prestar servicios
comunitarios por seis meses, y un arresto domiciliario entre uno o dos
meses y alguna otra forma de servicio a la comunidad.
Pero el abogado de Kharaghani, George
Filipovic, dijo a la audiencia durante la sentencia que el arresto
domiciliario de su cliente significaría que el volvería a fumar para
estar en comunión con Dios, lo que significaría violar una condición
para “mantener la paz y mostrar buena conducta”.
Kharaghani y un co-acusado, Pedro Styrsky, de 53 años, son los ministros en la Asamblea de la Iglesia del Universo,
que tiene un estimado de 4.000 miembros en todo Canadá. Sus casos se
remontan a 2006, cuando dos agentes encubiertos se unieron a la iglesia
con nombres falsos para comprar marihuana allí.
La defensa de Filipovic estimó que la
decisión del juez condena a la destrucción a dos religiones, a su
cliente y a los rastafaris, que también hacen uso espiritual del
cannabis. Incluso Filipovic dijo que su cliente está destinado a una
vida dentro y fuera de la cárcel porque nunca renunciará a fumar
marihuana.
La voz judicial, concluyó en
que “los miembros de la comunidad pueden estar convencidos que los
tribunales no permitirán a la gente establecer tiendas de conveniencia
de drogas en sus barrios residenciales, ya sea bajo el disfraz de una
religión o de otra manera”.
Visto en: Cultiva.me
Editado por: Irie Grow Shop
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