“El cannabis es la materia prima más sostenible del mundo”
“Para evitar malentendidos: HempFlax no cultiva cannabis para fumar”, manifiesta el director Mark Reinders. “Con nuestro cannabis no te drogas.”
Aunque el cannabis se utilizaba ya en China desde hace 3000 años en productos tales como cuerdas y ropa, el cultivo de esta planta fue prohibido después de la Segunda Guerra Mundial. Entre otras razones, por el lobby del productor francés de tejidos sintéticos Dupont. En los Estados Unidos el cultivo de cannabis sigue estando prohibido, pero en Europa desde principios de los años noventa se puede cultivar de nuevo.
“Menos mal”, dice Reinders. “El cannabis es la materia prima más sostenible del mundo. Durante su cultivo no es necesario el uso de ningún plaguicida, porque el cannabis crece más rápido que las malas hierbas. También la producción por hectárea es enorme. Por hectárea de cannabis recolectamos 2000 kilos de fibra textil, frente a los aproximadamente 400 kilos de algodón.”
Las posibilidades del cannabis son ilimitadas. El cannabis de HempFlax se ha utilizado, por ejemplo, en los paneles de las puertas de Mercedes, Bentley, Bugatti y BMW. Reinders:
“Los paneles de las puertas se componen generalmente de un material sintético y una fibra. El cannabis es un 30% más ligero que la fibra de vidrio, por lo que los costes de combustible de los automóviles se reducen. Asimismo, para la producción de cannabis se necesita 10 veces menos energía.”
¿Entonces, el cannabis es también más barato que otras fibras? Reinders duda. “Si el precio del petróleo permanece por encima de los 100 dólares por barril, podemos competir fácilmente. De hecho no somos muy caros: la fibra de vidrio es demasiado barata. Esto se debe a que los productores no pagan por el daño ambiental y la emisión de CO2 que producen”.
Aplicaciones sostenibles
HempFlax, establecida en una antigua fábrica de paja y cartón en Oude Pekela y con una superficie de 70.000 metros cuadrados, fabrica también hojarasca de cannabis de alta calidad para establos y jaulas de animales. La empresa suministra, entre otras, a las Caballerizas Reales de Dinamarca. La hojarasca de cannabis se utiliza también en hormigón para fabricar hormigón aislante. Las prestaciones de CO2 de esta tecnología son impresionantes.
Reinders: “En comparación con una pared de hormigón normal entre la cual hay una pared doble a modo de aislante, el hormigón aislante con cannabis hace que se produzca una reducción de CO2 de nada más y nada menos que 150 kilos por metro cuadrado de pared. Dentro de poco, el material se utilizará en la construcción de una guardería para niños sostenible en las cercanías de Nijmegen.”
La visión de Reinders es clara. “Tenemos que dejar de saquear el planeta, pero nadie quiere volver a la Edad Media. Por eso tenemos que desarrollar materiales sostenibles de alta calidad. El cannabis es uno de ellos. En los alrededores de nuestra fábrica vamos a montar un Fiber Valley, un campus de alta tecnología para el cannabis donde otras empresas puedan desarrollar productos innovadores con cannabis.”
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